viernes, 30 de agosto de 2019

AQUELLOS JUEGOS TRADICIONALES.




CARRERAS DE CARACOLES.




Este particular juego consistía en lo siguiente:
Primero sacábamos los caracoles al sol para posteriormente ponerlos en una chapa, les echábamos unos granos de sal en la cola y estos se alejaban prestos de la sal, "echaban humo" vamos, y para que llegaran a la meta, con una brocha les íbamos dibujando una línea con agua y estos caracoles seguían la parte húmeda, mientras querían, claro, puesto que la mayoría de las veces desertaban y se metían en su concha y se acabó la carrera, así que de nuevo teníamos que sacar otro caracol del canuto (lata) y a empezar de nuevo.
Jugábamos mi hermano y yo. Con este entretenimiento llegábamos a la hora de comer. Claro que estos caracoles, olvidé decirlo, venían del huerto y eran los que nos íbamos a comer en días posteriores, estaban en su lata limpiándose con la hierbabuena. A veces se nos olvidaba tapar la lata, un despiste de críos, y adiós a los caracoles, así que patatas fritas con pimientos.
Este juego rural, sin tecnología punta, era uno más de esos entretenimientos que buscábamos, nunca nos aburríamos. 
Lo mismo que ahora.



LAS BOLAS.




No era solamente jugar a las canicas, no, aquí había un tratado con todas las de la ley. Nombres diversos de juegos que se podían hacer con ellas eran:
-Al gua.
-Al triángulo.
-A la cuarta.
-Al uñate.
Al pique.
Continuará...