lunes, 15 de julio de 2019

EL MANDIL DE MI ABUELA.






¿Para qué servía el mandil de mi abuela?
Un auténtico multiusos.
Como herramienta de transporte: Se llevaba el pienso al gallinero junto con las mondaduras de la fruta. Y para no venir de vacío, se traían los huevos en el mandil. Y de que había pollos, para acercarlos a la lumbre para que no se enfriaran.
Se subía la colada a las cuerdas de la cámara y como era costumbre, no se venía de vacío, se bajaban las patatas de la cámara. "Voy a aviarlas" decía.
Para la higiene: Igual valía para limpiar los mocos de los niños que de las niñas, con el pico te sacaban las motas de los ojos y las legañas. Cuando la visita tocaba a la puerta se recogían las migas con prisas de la mesa y se lanzaban con atino al corral y luego se pasaba como paño de limpieza y se quedaba el hule impoluto.
Te lavaban los pies en la palangana y con el mandil te los secaban.
Mi abuela se lo desataba y ahuyentaba las moscas.
Y quitaba las telarañas de los rincones donde no llegaba con las manos.
Se le quitaba el polvo a los cubiertos.
Había pues dos clases de mandiles: el de "batalla" y "el curioso", este último era para ir a hablar con la vecina mientras se barría la calle y en cuyos bolsillos nunca faltaba media galleta de máquina y bolas de anís, que nos daban siempre, y una laña o imperdible en el peto que la usaban como expertas cirujanas para sacarte las espinas que te clavabas. También había una aguja enhebrada con hilo para volver a fijar por si venía al caso algún botón suelto, había que ir preparados, bastante pintaba Mcgiver para las abuelas.  Las bolsas de plástico no existían y cuando pasaba el hortelano, el mandil se llenaba con verduras y hortalizas.
Escribo estas palabras en homenaje a esa prenda que tanto usaron nuestras abuelas, para que no se pierda en el tiempo.




miércoles, 3 de julio de 2019

DE MARIPOSAS Y FLORES.



Las apariencias no engañan, parece que casi todo en este blog esté inacabado, es cierto. En lo referente a la flora así es, con el tiempo se irán añadiendo aquellas flores que siguen en mi "memoria", ¿qué he sobrepasado ya las 200? Efectivamente. 
No tendré igual suerte con las mariposas, son esquivas y libres por naturaleza, algunas se dejan fotografiar, se confían, saben que no capturaré a ninguna.
La primavera pasada fue pobre en estos bellísimos lepidópteros, sin embargo raro es el día que no veo alguna, la cuestión es que nos entendamos y me permitan acercarme.
Las fotografías de flores son de jardines.
Un inciso para un campo revestido de amarillo, demasiado ilustrativo, es lo que toca, al fin y al cabo el cereal forma parte de la historia del ser humano, es esencial.
Continuará...








Pandora, Argynnis pandora.











Lobito jaspeado, Pyronia cecilia.






















Blanquita de la col, Pieris rapae.












Se me ha colado sin darme cuenta una preciosa anisóptera o libélula.




Espuela de caballero, Delphinium elatum.




Gladiolo, Gladiolus communis.




Lirio de San Antonio, azucena, Lilium candidum.




Jazmín de Virginia, trompetilla, Campsis radicans.
En perfecta sintonía con la madreselva, Lonicera.



Clavelina, Dianthus deltoides.




Adelfa, Nerium oleander.




También se la conoce por laurel rosa.
Recordar que es una planta muy tóxica.




Abrótano hembra, manzanillera, té de Aragón, Santolina chamaecyparissus.
Exquisita fragancia.




En el huerto llama la atención la flor del pepino, Cucumis sativus.




Esta preciosa flor, caléndula officinalis, tiene la particularidad que lo mismo crece en nuestros jardines que hace una escapada al campo y en cualquier rincón podremos contemplarla.




Crisantemo, Chrysanthemum.








Helichrysum thianschanicum, planta de curry.




Lavandula angustifolia.
Uno de los mejores aromas del mundo.






La lavanda atrae con entusiasmo a las abejas.




Salvia officinalis.



LAS ROSAS:
































Flor de la pasión, Passiflora caerulea.
Fueron los misioneros jesuitas, allá por el siglo XVII, quienes le pusieron ese nombre por la similitud que guarda con los símbolos de la pasión de Cristo: Los zarcillos serían los látigos con los que azotaron a Jesús; los estilos, los tres clavos; los estambres y la corona radial, la corona de espinas.




Siempre te hemos conocido por rosal de Santa Teresa.




Las flores del Kalanchoe calandiva bien podría pasar por rosas pequeñas.


A Esther, por su inestimable ayuda.