En el año 1.899 Hervás y Buendía escribe en su " Diccionario histórico, geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real" lo siguiente sobre Puebla del Príncipe:
"Junto a sus casas levántase fuerte y bien conservado castillo, refugio y abrigo de sus primeros pobladores. Afecta éste la forma cuadrada con dos pisos y su terraza, sin que se perciban señales de haber estado en otro tiempo defendido por recinto y foso. Según D. Bernabé de Chaves adquirió la Orden de Santiago este pueblo en 1243 por donación hecha al Maestre don Pelayo Pérez Correa, el cual lo hizo anejo de Montiel y como éste de la Mesa Maestral, aunque compartía sus diezmos con las encomiendas de Segura y Bastimentos de Montiel. Se llamó Puebla de Montiel hasta el 23 de Mayo de 1553, en que Felipe II, entonces Príncipe y gobernador del reino por el Emperador su padre, la separó de su matriz, haciéndola villa separada. Por gratitud y para perpétua memoria del beneficio que había recibido al adquirir su independencia, varió el patronímico de Montiel por el del Príncipe. Al E. de este pueblo, en las eras, se han descubierto sepulcros cavados en la roca y cuyas momias puestas de lado y con el rostro vuelto al Oriente indicaban ser de judíos pertenecientes a la aljama de Montiel.
Se halla situado en un altozano formado de toba caliza y dominado por el Calar, extensa planicie de la misma constitución y desde la cual se descubre casi todo su término dedicado al cultivo de cereales con algunos viñedos. Dista 16 leguas de Ciudad Real, 3 de Infantes y confina al N. con Santa Cruz, E. Albaladejo, S. Sierra Morena y O. Almedina. En el siglo XVI tenía 106 vecinos, pero disminuyeron después por ir buena parte de ellos a poblar las Alpujarras, de donde habían sido expulsados los moriscos, para internarlos en Extremadura y Castilla; en el censo de 1857 figura con 146 vecinos y 602 habitantes y en el de 1887 con 172 y 681 respectivamente.
Su iglesia parroquial dedicada a Santa María primero y después por el decreto del Papa Paulo IV al misterio de la Asunción de N. Señora, está construída de sillarejos, su techumbre es de madera, sostenida por arcos de cantería. La capilla mayor ostenta el estilo gótico y su retablo luce en su cuerpo superior en relieve el misterio de la Asunción de la Virgen de un mérito sobresaliente. Este retablo se hizo por aquellos inspirados artistas que en el siglo XVI llenaron nuestros templos de maravillas. El retablo de la Virgen del Rosario con su preciosa imagen también es de un gusto depurado. De la capilla que en el siglo XV fundó el comendador Gonzalo de la Tovilla únicamente existe la portada y la de Martín Sánchez de Perla, de la misma época, forma parte de la sacristía. Eran las rentas de este curato 8.231 reales, de los cuales había de dar 1.650 al teniente, contribuyendo a esta carga los partícipes en los diezmos en proporción a sus rendimientos..."
Se halla situado en un altozano formado de toba caliza y dominado por el Calar, extensa planicie de la misma constitución y desde la cual se descubre casi todo su término dedicado al cultivo de cereales con algunos viñedos. Dista 16 leguas de Ciudad Real, 3 de Infantes y confina al N. con Santa Cruz, E. Albaladejo, S. Sierra Morena y O. Almedina. En el siglo XVI tenía 106 vecinos, pero disminuyeron después por ir buena parte de ellos a poblar las Alpujarras, de donde habían sido expulsados los moriscos, para internarlos en Extremadura y Castilla; en el censo de 1857 figura con 146 vecinos y 602 habitantes y en el de 1887 con 172 y 681 respectivamente.
Su iglesia parroquial dedicada a Santa María primero y después por el decreto del Papa Paulo IV al misterio de la Asunción de N. Señora, está construída de sillarejos, su techumbre es de madera, sostenida por arcos de cantería. La capilla mayor ostenta el estilo gótico y su retablo luce en su cuerpo superior en relieve el misterio de la Asunción de la Virgen de un mérito sobresaliente. Este retablo se hizo por aquellos inspirados artistas que en el siglo XVI llenaron nuestros templos de maravillas. El retablo de la Virgen del Rosario con su preciosa imagen también es de un gusto depurado. De la capilla que en el siglo XV fundó el comendador Gonzalo de la Tovilla únicamente existe la portada y la de Martín Sánchez de Perla, de la misma época, forma parte de la sacristía. Eran las rentas de este curato 8.231 reales, de los cuales había de dar 1.650 al teniente, contribuyendo a esta carga los partícipes en los diezmos en proporción a sus rendimientos..."
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